Los silencios son látigos,
en las mujeres que cercenan,
sus sentimientos en un corazón.
Callando vilezas de un hombre.
Silencios que cercena la dignidad,
ante el pánico siendo sombras,
y flagelando sus cuerpos,
al maltrato sicológico.
Silencios cercenado su libertad,
oprimiendo su voces, ante el maltrato,
que carcomen su dignidad.
Silencios y lágrimas son látigos,
en maltratos, tatuando su piel.
Piel agonizante en degradación.
Silencios y lágrimas
¿Quién juzgara ese delito?
¿Quién escuchara esa mujer?
Ante el maltrato de un vil hombre.
Yolimar Casanova,
25-11-2012.
Venezuela.
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