Cómplice fiel en un ocaso, cuando las manos danzan en
teclado en tempestiva insolubles de rimas y versos.
La escritura puede ser metafórica del paisaje., donde con
el imaginario
se puede borrar convexo y hacerlo cóncavo a tus iris.
Los versos pueden ser cantos, pueden ser melancolías que
llevas a los lectores y cuando escapan las conjugaciones avasallan la mente en
un dilema más de mares y viajes de piratas en un largo océano.
Las tintas pueden ser cómplices fieles en las más inconmensurables
desviaros de las neuronas llevando las sintaxis en vuelos de gaviotas.
Que la mente inquieta varia en temperatura y hermetismo,
cuando las teclas suenan en tris, tras presuroso, pueden describir el espacio y
renglones de arenas, como el papel, donde borras y borras confines.
El papel de un escritor, es donde puedes dibujar
corazones y amores,
es donde la ensoñaciones revuelan en aire, mar y tierra,
donde la naturaleza canta y pinta la boca en sublimes tintas, donde el escritor
escapa en los más bellos parajes de la mente.
Mente de un cómplice fiel de un lector, como el lector de
la pc, resguardando cada momento fotográfico para toda la vida.
! Quien es escritor! Solo eso lo decide el talento
innato, las rimas en aventuras de una mano traviesa que sueña y quiere a sus
tintas más que su propio alimento., por tal motivo pasa a ser el centro de la
vida, donde no se detiene en describir la vida, muerte y sueños de un universo.
La mente puede variar, como estaca en las letras, donde
danzan al ritmos de un paisaje mental en concordancia con un subsistir de una
manos danzarinas, llevando ilusiones y amores al mundo entero de una gran
lector querido y anónimo, que identifique con el sentir de un amable escritor
de la vida.
Yolimar Casanova.
11 de Junio 2014.
Venezuela.
Alma de mujer.
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