La vida, es un mar silente con cargas pesadas jalando a
un corcel que es pesado de galopar en orillas de la playa, cuando se espera un
avance para beneficio de él, para que sea un campeón llegando a vencer una
carrera contra el tiempo.
Tiempos silentes galopan y golpean un inmerso mar, que
quiere huir a los acantilados y estrellar el mundo en una gran odisea como
Neptuno, arrastrando las indiferencias, nadie comprende a otro ser humano, y
como ha de comprender a un corcel, cuando está en pleno desarrollo de la vida
con ser un excelente campeón.
Campeón, dura batalla día y noche, por forjar una carrera
y ser un corcel productivo en estampas, de que sirve ser un gran corcel, si no
es luchador por alcanzar sueños en una trayectoria.
La vida es mar silentes, cuando el entrenador suelta al
corcel para avanzar a ser solo él, porque la vida es caminos y mar en un azar.
Azar es fortuito en un campeón y un entrenador que
cansado esta de enseñar que los caminos son dóciles o ásperos, más cuando se
conjugan los sentimientos de un corazón, sin pensar que las indiferencias
pueden erosionar los corazones.
Corazón de un gran corcel, correr sin amor y azares, y el
entrenador contempla como es consentido y disciplinado, que con tesón da lo
mejor de sus fuerzas vitales, porque un día estuvo al borde de la muerte y fue
feroz en una gran batalla por subsistir, y ahora solo cabalga con tantos
corceles siendo un campeón, pero solo él refleja la gran soledad en desamor que
el quedo en una fortuita ausencia.
Yolimar Casanova.
11 de Junio 2014.
Venezuela.
Alma de mujer.
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