El canto del ruiseñor, canta apresurada-mente, las campanas repican , mientras el sol agazapado entra sin fuerza con luz tenue al lecho, los atrapan las murallas de silencios, haciendo dagas y conjugaciones mortales, mientras suspira el corazón aroma a rosas.
Rosas, destellen el ventanal casi tan muerto Sin ansias inestables y perdiendo los hilos de la vida, ya no queda nada, solo persisten vacíos, sin detener el reloj, que acusa sin tiempo, sin segundos de un convivir, más muerto en la conmensurable lastre de vida.
Vida sin sentidos de pertenecía yace en lágrimas, cuando los iris cada amanecer despierta, sin vigor de levantarse.
El canto del ruiseñor es estruendosos, muchas avecillas, vuelan de copa a copa de los arboles cantando y procreando vida y cantos.
La mirada vaga perdida entre el ventanal y la retina de verbos murmulla: incongruencias en un silente corazón, callando en llantos ahogados en sabanas gélidas y sin alientos de no vivir, sin ilusiones en nada.
Nada de soledades y un mal, convivir que la ahoga en las siniestras garras de la muerte.
(Oscuras sombras de un corazón)
Yolimar Casanova.
17 de Junio 2014.
Venezuela.
Alma de mujer.
Derechos reservados.